martes, 10 de octubre de 2023

EL ICONO INSTANTÁNEO.

A medida que uno va atando los cabos que componen la corta carrera de Judd, se va dando cuenta  de su distinguida precocidad y la sorprendente naturalidad para asimilarla.
Debutar con 16 años (Birmingam) pero con 17 retirar un dorsal. Pertenecer a los elegidos (Maradonna,Maldini, Zannetti) por representar vitaliceamente un emblema. Diferenciarte con éstos, todos, por ser el único en la ausencia de legados. Detalles aparentemente anecdóticos, que van revelando su figura como una iluminación divina llena pese a su precocidad. De pases toreros. Filigranas osadas, emociones destapadas. 

Anticipando su futuro y con un ojo clínico, uno de sus primeros entrenadores, Mike Dodds, le dijo cuando la edad aún permite dirigir al jugador a un rol específico, algo que cambiaría su forma de pensar. “Puedes jugar como ‘4′, como ‘8′ y como ‘10′”. El resultado de la suma de las posiciones, le dijo su por aquel entonces entrenador, resulta el dorsal que le ha acompañado hasta su desembarco en el Santiago Bernabéu; el 22. Que podía ser lo que quisiese en el campo, o un 8 -Iniesta, Rijkaard, Gerrard- o un 10 -Zidane, Zico, Romario, Platini- incluso un 4 -Vieira, Hierro, Beckembauer. Uno viéndolo jugar hoy puede bendecir la vislumbración de Dodds.


La lista de casos de jóvenes talentos futbolísticos que se quedan en el camino, si no por el engullimiento  social, por la imposibilidad de colmar semejantes espectativas, es de corretaje abrumador. Y su facilidad para ir asumiendo roles de madurez es inaudita y sorprendente, que marca un listón mundial de super estrellas , y un antes y un después en los olimpos balonpédicos. En el Real Madrid ha hecho valer esa constante pese al reto que entraña enfundárse su elástica, y responde con constancia ante una plana autoexigente y acostumbrada a la exelencia. Sintetizando; la alineación de constelaciones para asentar en esa casa, jamás confluyeron como lo hacen con Bellingham. 

Pero lo que de verdad ha acabado por enamorar son las cualidades que más se ponderan en Chamartín; la elegancia y el sacrificio. Ahí colmó hasta a los más reticentes.

 Hay asignaturas siempre pendientes. Aristas que ir puliendo y lecciones por aprender en un proceso arduo y que requiere tiempo y saldar, materia por materia,  mucho aprendizaje. Y no sólo las ha ido superando, sino sacando con nota. El nivel de embelesamiento entre el Inglés y la afición es tal, y tan inesperado, que prácticamente no se habla de otra cosa, y su impacto ya resuena en la historia tras tan solo 10 partidos. 10 partidos, 10 goles son números igualables sólo por Cristiano Ronaldo y Di Stefano, algo vertiginoso pero evidenciánte de que ha acabado por creérselo definitivamente y atreverse a incluir el nombre Judd Bellingham entre sus dioses paganos. Un icono instantáneo.

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